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18.5.11

Todos somos muy ignorantes. Lo que pasa es que no todos ignoramos las mismas cosas.

La gente confunde aceptar con acoger. No tiene nada que ver lo uno con lo otro.
Aceptar está en la línea del comprender. Comprender significa eso: comprender, abarcar, medir, por completo una persona. Con frecuencia reducimos las personas a puras caricaturas, identificamos, resumimos, definimos, una persona por un defecto, perdiendo la vista de conjunto, poco menos que suponiendo que esa persona es ese defecto.
Se trata en la aceptación y en la comprensión; se trata de analizar la persona en sí misma, y desde ella misma, lo más objetivamente posible, y, sobre todo, lo más completamente, rodeándola en una visión de conjunto.Sucede muchas veces que miramos al otro a través del prisma de prejuicios emocionales: antipatías, rivalidades, proyecciones subjetivas, historias pasadas, y así, nuestra visión del esa persona queda enteramente deformada.
Se olvida que cada persona es una experiencia única e irrepetible. El otro casi siempre es un desconocido y por desconocido, incomprendido, y por incomprendido, no es aceptado. Y así se originan los conflictos con él.
El aceptar está, pues, en esta línea, y significa esto: yo admito que el otro sea tal y como es, tan diferente ami o tan parecido, con un numero de defectos que, por cierto, el no escogió.
Si yo misma, por mucho que lo desee, no puedo agregar ni un simple centímetro a mi estatura, entonces, ¿Por qué querer añadirselo al otro? Si yo me acepto tal y como soy, entonces aceptaré al otro tal y como verdaderamente es.
Hay también variedad de carismas: unos son activos, otros contemplativos, unos valen para enseñar, otros para organizar. Hay también diferentes mentalidades. Una es la mentalidad conservadora, mentalidad progresista. A unos les parece que lo urgente es solucionar el hambre del estómago. A otros les parece que lo primario es solucionar el hambre del corazón.

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